lunes, 21 de diciembre de 2009

MEMORIAS DE UN PARANOICO EN SEVILLA (3): EL DOMINGO EN LOS 70

AQUELLOS AÑOS PERDIDOS: LOS DOMINGOS

El domingo, uno de los días que más marcaron mi infancia. Para mí significaba levantarme sin escuchar ruidos de vecinos, porque entonces no había tantos pisos alquilados y la gente joven, aparte que tenía otros menesteres, aún no gozaba de esa libertad, la cuál actualmente es un libertinaje, que considero producto de un fracaso del sistema. Como decía, sin sonidos molestos y sin movimientos ajenos, miraba desde la ventana de mi cuarto el imperturbable paisaje de las plantas del patinillo. Luego me ponía a jugar con mis geyperman, madelman, indios y vaqueros comansi, click de famobil o airgamboys en aquel patio vacío de gente y lleno de macetas.

A veces ponía el televisor: Gente Jóven era un programa sereno, sin espónsores, sin grandes movimientos, sin pantallas seccionadas para móviles.....un concurso estable, sin cambios de presentadores. Los concursantes eran serios y todo parecía sencillo, sin rebuscar. ¿Para qué coño quiero estos concursos que se anuncian hasta la saciedad, con tantos espectáculos sonoros, de imágenes, de sexo y de gente vulgar? ¿para qué?

Y qué tranquilidad la tarde. Los momentos vespertinos me ofrecían algunas opciones, tales como quedarme en casa o ir al cine. Si elegía lo primero, siempre tenía ese mundo de la televisión, en el que de sobremesa estaba "La Casa de la Pradera".....aquéllo era tan tan normal verlo, con su sintonía, aquella melodía del principio, y también la del final.




Más tarde, a eso de las 16h, recuerdo aquellas "Voces a 45", programa musical presentado con naturalidad y sin estruendos. Pero paralelamente, mi padre ponía el Carrussel Deportivo; el fútbol, entonces me daba la impresión de un mundo respetable y serio, no como los programas éstos de humor que muchas veces maquillan la esencia del fútbol, y que empezaron con el Canal Plus aquel.

miércoles, 16 de diciembre de 2009

MEMORIAS DE UN PARANOICO EN SEVILLA (2): LA ZONA DE INFLUENCIA

LA ZONA DE INFLUENCIA

Hay que ver. Sevilla, parece que está hecha a gusto de la mayoría de los sevillanos. La permisibilidad de las leyes, unidas a falta de efectivos, algo típico del lugar, sirve para que ese, ese también "nuevo rico" trabajador sevillano, campe a sus anchas con su vehículo en las aceras.

Y además, lo gracioso, es que, encima que roba mi espacio, que es el del peatón, te mira descaradamente cuando haces un mal gesto o aireas la injusticia que se está cometiendo en ese momento. Y menos mal que uno vuelve a callar, o a lo sumo hablar entre dientes de forma ilegible, que si no....encima este individuo puede ser capaz de llegar a cualquier cosa, con tal de defender su "verdad". Qué pena. Y encima, todo ello con una naturalidad pasmosa: por ejemplo, las aceras ramplantes para favorecer el paso de incapacitados o de personas mayores, ocupadas con sus "motitos" petarderas y estruendosas....qué gracia, qué gracia cuando se ponen mientras ocupan un espacio público con su vehículo a charlar entre ellos, a arrancar esa "motito". Pero no te quedes parado mirándo, y más aún, de noche, porque a lo mejor se pueden creer que eres un delincuente potencial, o bien que "no eres nadie". Y que el ciudadano sólo se puede quejar ante las autoridades correspondientes, que pa éso están.....¡ Ah, se me olvidaba !....el otro día, precisamente, uno de los ínclitos que suele colocar su motocicleta sobre la acera de la puerta de mi Bloque, con el cuál nunca había hablado, me llamó la atención cuando dejé los excrementos del perro en la calle, ya que me había quedado sin bolsas para limpiar la caca del animal y enfilaba hacia mi casa, por más plástico. Y es que, claro, hay lugares para unas cosas y otros para otras; y cosas que se pueden decir y otras no.

lunes, 14 de diciembre de 2009

MEMORIAS DE UN PARANOICO EN SEVILLA (1): LOS CAPILLITAS ME MIRAN

"Hoy me apetece ir de hermandades, pero tengo que ir bien vestido. Maldita sea. No entiendo por qué, cuando entras en una capilla y hay hermanos, te miran por encima del hombro. ¿Qué pasa, es que tienes que ir bien conjuntado de ropa? ¿no puedes ir vestido moderno? ¿quiénes son ellos? ¿por qué visten así? ¿siempre están comprando ropa? ¿qué creen representar?

Y todo, jeje, todo para tener el beneplácito de la mirada de unos señores, entre los que abunda la ignorancia, el compadreo, el saber estar, la cervecita fuera. Mientras que yo, y ellos no lo saben, soy un experto en artes, poseo conocimientos generales y también específicios en diversas ramas; me expreso correctamente, incluso pronuncio en castellano. Ellos se lo pierden.


De todas formas no impedirán que esta tarde vaya a ver lo que me gusta, porque he sido fuerte y finalmente no han podido conmigo, jajaja. En fin, esta mañana iré al centro a comprarme.... ropa nueva.